Mi estimadísima banda de este su sitio de los Dos Tenochas, pues hoy les voy a contar una historia que confirma la teoría mundial de que nuestros vecinos del norte son rete estrictos (por no utilizar otro calificativo)
Pues todo comenzó cuando su servidor se trepó a una aeronave que lo llevaría del otro lado del Río Bravo.
Sólo tenía dos certezas; la primera, mi vuelo hacía una escala; la segunda, mi destino final.
Ya saben, rumbo a la sala de abordar uno se pregunta “¿On toi? Y ¿a onde voy?”, entonces se procede a hacer lo que haría cualquier persona con dos dedos de frente checas el pase de abordar y en el papelito se podía leer “sala F30” y destino a “San Francisco”
¡¡¡¡Qué!!!!, ¡¡¡¡¿a dónde?!!!!, bueno pues a abordar y a cuidarse el... equipaje.
Después de casi 6 horas de vuelo aterrizamos, ¿y ora?, pues sigue a toda la raza de japoneses (me cae que hay demasiados en el mundo).
Mientras haces fila en el primer retén vas sacando tus formas de migración, te peinas, revisas no traer un frijolazo del delicioso desayuno que ya no te sirven en el avión y te dispones a pasar a la toma de huellas y foto.
“Next” te grita el poli que la hace como de cajera, que las huellas, que la foto y prueba superada.
Siguiente paso: recoge las maletas y a continuación… sigue al grupo de japoneses (que no era el mismo de antes, les digo que hay un chingo)
Llegamos al retén número dos y ahí es donde se pone gacho el asunto. Al hacer entrega del formato KW243…
Poli: ¿Where are you going? (¿A dónde?)
Yo: Las Vegas
P: ¿What for? (¿A que chingaos?)
Y que se vale madre, es una de esas situaciones que automáticamente activan mi cara de “hazme el favron cabor, no seas imbécil” junto con el sarcasmo que amablemente me fue heredado.
Cómo que a qué voy, es como preguntarle a alguien para que va al oncólogo, o a qué va a un table, no vas a saludar, ni a barrer, ni a ver las luces neón de afuera.
Yo: “I’m going to bet…” (Mala traducción de Voy a apostar)
Yo: ”… a lot” (Un chingo)
P: “¿?”
Yo: “And party…” (Y a fiestear)
Yo: “… a lot” (Otro tanto)
Y que me aplica la revisión aleatoria (aleatorio = los que ellos quieren), afortunadamente no me pasaron al cuartito, porque por lo que cuentan de SF, habrían atentado contra mis preferencias.
Pues que se me pone loco, me interroga y solicita identificación del trabajo, en ese momento yo me veía perdido porque mi credencial del trabajo está tan gastada que no se me ve la cara.
Suerte de principiante, lo pasa por alto y me manda a una banda, como la de la revisión de equipaje de mano, con la diferencia de que esta no camina. Me regresa la mirada de “estás bien güey”, y me pide llevarle mi maleta.
En ese momento perdimos al poli, desmadró toda mi maleta, sacó el perfume, lo olió, casi casi se echa un poco, buscaba dentro de los zapatos, entre las camisas, debajo de la gorra, todo.
Finalmente convencido de que no era narco y que mi castigo por ser sarcástico con la autoridad había sido cumplido me da la orden de llegarle.
Pinche pseudo tamarindo migratorio, primero te pones loco por recibir una respuesta lógica, después me interrogas, haces una revisión “aleatoria” y todavía tengo que volver a hacer mi maleta?
Ni pez, rápidito y de buen modo, porque si no puedes perder la conexión, vuelves a hacer tu maleta y corres.
Moraleja: Cuando vayas a Las Vegas y te pregunten a qué vas, simplemente contesta “¿What?, no hablar inglich”.
viernes, 25 de septiembre de 2009
martes, 22 de septiembre de 2009
La Cocina
La Cocina
No hay nada que me guste mas que comer... bueno si hay pero dejare ese tema para otro post, comer es una de las cosas que mas me gusta, el único problema de comer es que hay que cocinar, y pues aquí entramos en tema.
Aunque no lo crean a los hombres nos gusta cocinar, lo que pasa es que las mujeres nos quitan el gusto de hacerlo, nos quitan las buenas intenciones y las ganas de cocinar cuando empiezan a darnos sus instrucciones que quien sabe de donde se las sacan.
En fin no falta que en las fechas importantes, ya saben 15 de septiembre, cumpleaños importantes, navidad, etc. Las mujeres se meten a la cocina y cual noche buena... mugres viejas andan cual remolinos o tornados, dando vueltas por todos lados mentando madres a quien se les cruce en frente, a la sal le dicen “pendeja”, a unos nos dicen “idiotas”, a otros peor y a los que mejor les va de “güeyes” no los bajan, pues bueno uno como hombre, noble por naturaleza, con ganas de que su mujer brille dentro de esta machista sociedad mexicana, te acercas y le dices: “Oye mi vida, te ayudo en algo, estas algo estresada, por favor dime que hacer, si quieres voy y compro algo, o te ayudo a limpiar esa pila de trastes sucios (jajajaja, ni yo me la creí) y tu siéntate y cálmate un poco”, pero no funciona, tu mujer en ese momento es un energúmeno, así que pues un hombre inteligente se aleja de los problemas y en esos momentos es cuando optamos por prender la tele y ver el fútbol.
Pasado un rato, una hora mágica, tu mujer por fin te dirige la palabra y escuchas su dulce voz que dice de la manera más discreta y sutil “ora hijo de tu tal por cual, yo aquí en friega cocinando y tu ahí aplastado viendo la tele caon”... después de ese pequeño destello y muestras de amor y cariño, ahí vas con tu mejor jeta rumbo a la cocina “te pregunte hace rato en que ayudaba mi amor!!” bueno pues ayúdame porque ya se me vino el tiempo encima (no piensen mal) y ahora que ya estamos en la mejor disposición para hacer la comida, pues le pides las indicaciones e instrucciones adecuada para llevar a cabo la difícil tarea de lo cual resulta lo siguiente:
M: Hazme un arroz blanco
H: tranquila vieja, pus el arroz ya es blanco no te estreses...
M: No hay respuesta, simplemente te echan “la mirada”, apoco no todas tienen una...
H: bueno ok, ya te hago el arroz, nomás dime como, que no soy pendejo solo lento, que es diferente.
Aquí es donde todo se va al carajo, por que las féminas tienen la maldita costumbre de explicarnos las cosas de tal manera que nunca entendamos nada para que después nos puedan decir “ya vez pendejo”... sigamos con la odisea.
M: bueno prepárame un arroz colorado, primero tienes que poner aceite a calentar y luego echas el arroz para que se “sofría”...
H: pensamiento (sofría wey, que chingados es eso???)
H: sofría mi amor???
M: si, que sancoche!!!!!
H: pensamiento (mmmmta, me quedo clarísimo!!! Que pendejo soy verdad mi amor...)
Aquí es cuando te das cuenta de que todas las cosas que haces te dejan una enseñanza nueva, ahora se que “sofreír” o “sancochar” es un termino medio entre “ebullición” y “hay no mames” en medio.
M: ahora en la licuadora, pon un diente de ajo un trozo de cebolla, jitomate, dos porciones de agua, lo licuas y luego lo vacías a la sartén del arroz pero “colado” porque sino sale “pellejudo”...
H: ok mi vida
Una vez mas digo, mendigas viejas por que no dan las instrucciones completas que poca madre, por que no te dicen que cuando vacíes la salsa en el aceite caliente no te asomes güey... pero ya cuando ven todo el brincadero y que necesitas orientación es cuando se empiezan a preocupar y aflora su lado mas tierno.
M: míralo pendejo, tu como no limpias la estufa, solo tragas y nunca cocinas!!!!
H: pensamiento (pinche vieja ahora si ya me colmaste el plato, pus tu pa’ que compras aceite 1-2-3)
M: ya quítate yo termino de hacer esto, no quiero tener que ir al hospital después para andarte cuidando.
Para terminar te das cuenta de todo lo que cocino tu vieja para aquella fiesta importante, todo el tiempo, amor y dedicación que tuvo para realizar aquel festín. Después de esto llegas a una conclusión, seguramente tu vieja quiere que te enfermes del estomago, pa’ que cocinan tanto, a lo mejor quieren que al día siguiente te la pases en el baño para no tener que verte ni aguantarte.
De veras que como se complican las viejas, una reunión entre cuates es un chingo de cervezas unas bolsas de papas y ya chingamos, hasta que el cuerpo aguante; en cambio las féminas para cuatro personas cocinan que la sopa, el arroz, la pasta, el entremés, el plato fuerte, el postre, el digestivo, etc, etc.
Por fin, ya esta todo preparado, logramos sobrevivir a esta gran odisea para llegar al clímax, la cena o comida, tu mujer ya esta mas tranquila, le invitas un par de copas y para cerrar con broche de oro, tu vieja te dice:
M: mi amor solo tengo un pensamiento en la cabeza
No hay nada que me guste mas que comer... bueno si hay pero dejare ese tema para otro post, comer es una de las cosas que mas me gusta, el único problema de comer es que hay que cocinar, y pues aquí entramos en tema.
Aunque no lo crean a los hombres nos gusta cocinar, lo que pasa es que las mujeres nos quitan el gusto de hacerlo, nos quitan las buenas intenciones y las ganas de cocinar cuando empiezan a darnos sus instrucciones que quien sabe de donde se las sacan.
En fin no falta que en las fechas importantes, ya saben 15 de septiembre, cumpleaños importantes, navidad, etc. Las mujeres se meten a la cocina y cual noche buena... mugres viejas andan cual remolinos o tornados, dando vueltas por todos lados mentando madres a quien se les cruce en frente, a la sal le dicen “pendeja”, a unos nos dicen “idiotas”, a otros peor y a los que mejor les va de “güeyes” no los bajan, pues bueno uno como hombre, noble por naturaleza, con ganas de que su mujer brille dentro de esta machista sociedad mexicana, te acercas y le dices: “Oye mi vida, te ayudo en algo, estas algo estresada, por favor dime que hacer, si quieres voy y compro algo, o te ayudo a limpiar esa pila de trastes sucios (jajajaja, ni yo me la creí) y tu siéntate y cálmate un poco”, pero no funciona, tu mujer en ese momento es un energúmeno, así que pues un hombre inteligente se aleja de los problemas y en esos momentos es cuando optamos por prender la tele y ver el fútbol.
Pasado un rato, una hora mágica, tu mujer por fin te dirige la palabra y escuchas su dulce voz que dice de la manera más discreta y sutil “ora hijo de tu tal por cual, yo aquí en friega cocinando y tu ahí aplastado viendo la tele caon”... después de ese pequeño destello y muestras de amor y cariño, ahí vas con tu mejor jeta rumbo a la cocina “te pregunte hace rato en que ayudaba mi amor!!” bueno pues ayúdame porque ya se me vino el tiempo encima (no piensen mal) y ahora que ya estamos en la mejor disposición para hacer la comida, pues le pides las indicaciones e instrucciones adecuada para llevar a cabo la difícil tarea de lo cual resulta lo siguiente:
M: Hazme un arroz blanco
H: tranquila vieja, pus el arroz ya es blanco no te estreses...
M: No hay respuesta, simplemente te echan “la mirada”, apoco no todas tienen una...
H: bueno ok, ya te hago el arroz, nomás dime como, que no soy pendejo solo lento, que es diferente.
Aquí es donde todo se va al carajo, por que las féminas tienen la maldita costumbre de explicarnos las cosas de tal manera que nunca entendamos nada para que después nos puedan decir “ya vez pendejo”... sigamos con la odisea.
M: bueno prepárame un arroz colorado, primero tienes que poner aceite a calentar y luego echas el arroz para que se “sofría”...
H: pensamiento (sofría wey, que chingados es eso???)
H: sofría mi amor???
M: si, que sancoche!!!!!
H: pensamiento (mmmmta, me quedo clarísimo!!! Que pendejo soy verdad mi amor...)
Aquí es cuando te das cuenta de que todas las cosas que haces te dejan una enseñanza nueva, ahora se que “sofreír” o “sancochar” es un termino medio entre “ebullición” y “hay no mames” en medio.
M: ahora en la licuadora, pon un diente de ajo un trozo de cebolla, jitomate, dos porciones de agua, lo licuas y luego lo vacías a la sartén del arroz pero “colado” porque sino sale “pellejudo”...
H: ok mi vida
Una vez mas digo, mendigas viejas por que no dan las instrucciones completas que poca madre, por que no te dicen que cuando vacíes la salsa en el aceite caliente no te asomes güey... pero ya cuando ven todo el brincadero y que necesitas orientación es cuando se empiezan a preocupar y aflora su lado mas tierno.
M: míralo pendejo, tu como no limpias la estufa, solo tragas y nunca cocinas!!!!
H: pensamiento (pinche vieja ahora si ya me colmaste el plato, pus tu pa’ que compras aceite 1-2-3)
M: ya quítate yo termino de hacer esto, no quiero tener que ir al hospital después para andarte cuidando.
Para terminar te das cuenta de todo lo que cocino tu vieja para aquella fiesta importante, todo el tiempo, amor y dedicación que tuvo para realizar aquel festín. Después de esto llegas a una conclusión, seguramente tu vieja quiere que te enfermes del estomago, pa’ que cocinan tanto, a lo mejor quieren que al día siguiente te la pases en el baño para no tener que verte ni aguantarte.
De veras que como se complican las viejas, una reunión entre cuates es un chingo de cervezas unas bolsas de papas y ya chingamos, hasta que el cuerpo aguante; en cambio las féminas para cuatro personas cocinan que la sopa, el arroz, la pasta, el entremés, el plato fuerte, el postre, el digestivo, etc, etc.
Por fin, ya esta todo preparado, logramos sobrevivir a esta gran odisea para llegar al clímax, la cena o comida, tu mujer ya esta mas tranquila, le invitas un par de copas y para cerrar con broche de oro, tu vieja te dice:
M: mi amor solo tengo un pensamiento en la cabeza
H: pensamiento (ahora si ya chingue, después de todo este día difícil voy a obtener los frutos prohibidos)
H: y que es mi vida?
M: hay mi amor... pues yo ya cocine todo el santo día, ahora te toca recoger la mesa y lavar los trastes, y de buen modo cabrón.
Te da un beso, te da las buenas noches y te manda directito a “la cocina”.
Te da un beso, te da las buenas noches y te manda directito a “la cocina”.
Pd. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
jueves, 10 de septiembre de 2009
¡Madres!
Pues yo se que no me extrañaron, es más, es probable que no hayan notado mi ausencia, pero por si sí, les comento que no estoy muerto, estaba de parranda.
Aquel que en su vida no ha sido objeto de la frase “ay mijito, no hagas eso” o la famosísima “ponte el sweater”, simplemente no tiene madre.
Y es que en alguna parte de la información genética de toda mujer está incluida una secuencia que se activa en el momento de convertirse en madre.
Esa secuencia les genera un sentimiento de que, independientemente del status económico, estado civil, laboral, etc… de su retoño, deben controlarlo.
No es que los hijos no estemos agradecidos (la mayoría lo estamos), pero hay límites.
Creo que uno de los mayores problemas que cualquiera puede tener con su progenitora, es el momento en el que opina sobre la pareja en turno, sea para bien o para mal.
A chinga, pensé que la tenía que elegir yo, no sabía que era como la política y le tengo que pasar mis propuestas al senado para que las apruebe.
Nota mental para las madres en potencia: no opinen sobre la pareja de sus chiquillos.
Otra básica es el “a poco vas a ir con tus amigos, mañana tienes que trabajar, no te desveles” que automáticamente genera una reacción de asombro/molestia/instinto asesino en el receptor.
Cuál es la necesidad de darle instrucciones al mazacote que no sólo tiene edad para votar, tiene edad para beber y pagar por sus tragos, al igual que para desvelarse y pagar por la trasnochada y la cruda.
Segunda nota mental para las niñas: Let them be, recuerden lo molesto que son las instrucciones maternas.
Y para irnos como los grandes, les dejo sobre la mesa el inigualable, molestísimo, ilógico e irracional “porque soy tu madre”.
Y a mí que, yo soy tu hijo y no lo estoy presumiendo, y si nos vamos a los parentescos también soy nieto, sobrino y muchos otros que no voy a enumerar.
Les pregunto, ¿en qué código dice que en el momento de parir, la madre adquiere un poder irrevocable e ilimitado sobre la pobre criatura?, cuando ni siquiera le dijeron agua va.
Así que a todas las niñas les pido por la sanidad mental de sus hijos que cuando sean madres y sientan ese impulso de control, recuerden todas las cosas que les molestan de sus dueñas, digo mamás.
Aquel que en su vida no ha sido objeto de la frase “ay mijito, no hagas eso” o la famosísima “ponte el sweater”, simplemente no tiene madre.
Y es que en alguna parte de la información genética de toda mujer está incluida una secuencia que se activa en el momento de convertirse en madre.
Esa secuencia les genera un sentimiento de que, independientemente del status económico, estado civil, laboral, etc… de su retoño, deben controlarlo.
No es que los hijos no estemos agradecidos (la mayoría lo estamos), pero hay límites.
Creo que uno de los mayores problemas que cualquiera puede tener con su progenitora, es el momento en el que opina sobre la pareja en turno, sea para bien o para mal.
A chinga, pensé que la tenía que elegir yo, no sabía que era como la política y le tengo que pasar mis propuestas al senado para que las apruebe.
Nota mental para las madres en potencia: no opinen sobre la pareja de sus chiquillos.
Otra básica es el “a poco vas a ir con tus amigos, mañana tienes que trabajar, no te desveles” que automáticamente genera una reacción de asombro/molestia/instinto asesino en el receptor.
Cuál es la necesidad de darle instrucciones al mazacote que no sólo tiene edad para votar, tiene edad para beber y pagar por sus tragos, al igual que para desvelarse y pagar por la trasnochada y la cruda.
Segunda nota mental para las niñas: Let them be, recuerden lo molesto que son las instrucciones maternas.
Y para irnos como los grandes, les dejo sobre la mesa el inigualable, molestísimo, ilógico e irracional “porque soy tu madre”.
Y a mí que, yo soy tu hijo y no lo estoy presumiendo, y si nos vamos a los parentescos también soy nieto, sobrino y muchos otros que no voy a enumerar.
Les pregunto, ¿en qué código dice que en el momento de parir, la madre adquiere un poder irrevocable e ilimitado sobre la pobre criatura?, cuando ni siquiera le dijeron agua va.
Así que a todas las niñas les pido por la sanidad mental de sus hijos que cuando sean madres y sientan ese impulso de control, recuerden todas las cosas que les molestan de sus dueñas, digo mamás.
martes, 1 de septiembre de 2009
LA PRIMERA CITA
Esta es una situación por la que todos hemos pasado, y creo que mas de una vez en nuestras vidas, pero que hay detrás de ese momento tan “especial”, muchos pensamos que en la primera cita conoceremos mas a fondo a esa persona que nos gusta, a aquel o aquella que nos hemos puesto como nuestro “objetivo”, la primera cita siempre es un momento imprescindible para los corazones enamoradizos.
No se ustedes, pero yo odio las primeras citas porque no me van a dejar mentir machos, pero por mas experiencia que tengamos, en nuestra primera cita siempre estamos nerviosos, somos un poco mas torpes de lo habitual, nos sudan las manos y probablemente otras partes del cuerpo, siempre es un motivo de estrés y de incertidumbre, pero repasemos esto paso a paso, como se da una primera cita.
Lo primero cuando ya tienes tu objetivo es invitarla a salir. Noooooo!!! ya desde ahí empieza lo difícil, como cuesta dar ese primer paso ya sea que conozcas o no a esa persona. Por un lado te da miedo invitarla a salir y por otro mueres por hacerlo. Una vez que te armas de valor y logras invitar a tu objetivo, hay de dos sopas te dice que si o que no. Si te dice que no, pues suerte para la próxima, pero si logras que acepte esto solo significa que tus problemas han empezado.
Ya conseguimos concertar una salida, pero dejemos de lado la parte en que el o ella nos encanta, eso es fácil, lo complicado viene ahora porque tenemos que ingeniárnosla para lograr que esa salida sea tan buena que él o ella quieran verte de nuevo, ese es el principal propósito de la primera cita, que tengamos una segunda, una tercera y las que vengan después.
La ropa
Como saber que ropa ponerte? No falla, aunque ya conozcas un poco a la persona buscas impresionarla, y te pones tus mejores trapos, esos que resalten tus atributos físicos y con los que te veas bien, pero esto puede salir contra producente y suele indicar que nos estamos esforzando demasiado para la conquista; lo mejor es vestirte con algo cómodo y que te haga sentir seguro, pero evita los pantalones rotos y llevar tus “Converse” mas viejos y agujerados. Las mujeres dicen que teniendo el vestido, lo demás ya es fácil, hagámosles caso.
El perfume
Por favor, ten en cuenta que el que tu no percibas el olor de tu perfume, no significa que los que están a tu alrededor tampoco lo huelan, no falta aquel que dice “un poco aquí, por si las dudas, un poco acá por si me besa, un poco allá por si llueve, etc”, los mejores lugares para aplicar el perfume según dicen es donde se toma el pulso, como detrás de las orejas y parte media del cuello, así como en las muñecas, con eso bastará. Si te sientes inseguro, acostúmbrate a utilizar desodorante, o prueba bañarte, es un excelente tip...
El plan
Lo mejor que uno puede hacer es una lista de actividades que a ambos les gustaría hacer más que lo ordinario, busquen ser originales e ingeniosos, créanme dar una buena impresión no requiere de una costosa cena, con violines y langosta, alguien me dijo una vez que los pequeños detalles son los que más se notan.
Los modales
Yo se que la mayoría de nosotros somos unos barbajanes, y que ahora en un mundo tan modernizado, en plena liberación femenina siempre debemos demostrar nuestra valía y caballerosidad, no me refiero a la capa sobre el charco de lodo, pero detalles como abrir la puerta del carro, o sacar su silla siempre son agradecidos, recuerden “pequeños detalles”.
Escucha
Temas como hobbies, música, libros, películas o el trabajo son temas fáciles y excelentes para conversar en una primera velada, pero por favor muestra interés y presta atención en lo que te dicen, para que cuando llegue la pregunta “¿y tu que opinas?” tengas una gama de respuestas mas amplia que “me encantan tus labios o que bonitos ojos tienes”. Por favor se inteligente y evita hablar de religión, política, deportes (especialmente si eres americanista) y sobre todo no menciones a tu madre en ningún momento, ya estas grandecito no?
Contacto visual
Tener contacto visual expresa interés y demuestra que prestas atención, trata de no distraerte con sus enormes y encantadores atributos físicos, puede ocurrir lo mismo que en el párrafo anterior, si haces bien las cosas ya habrá tiempo para observarlos detenidamente.
Diviértete
Desde mi punto de vista una cita debe ser divertida y amena. Trata de que cada actividad sea agradable para los dos, ríe con tu cita y hazle ver tu buen sentido del humor, recuerden machos, a las mujeres les gusta que las hagan reír y escuchar reír a una mujer es lo máximo. Total si no pasa de la primera cita por lo menos pasaste un buen rato.
Bueno ojala y esto les sirva, recuerden que siempre tendremos primeras citas hasta que encontremos al/la “elegido/a”.
Roma no se construyo en un día, y las cosas que cuestan mas trabajo son las mas apreciadas.
Saludos a todos.
Atte. El George
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